“Crea en mí, oh Dios, un corazón limpio, y renueva un espíritu recto dentro de mí”. (Salmo 51:10)
Cuánta necesidad tenemos los hijos de Dios de pedirle cada día que nos dé, a través de su Espíritu, el poder para vivir una vida de integridad y rectitud y, por tanto, de libertad para con Dios y con nuestros semejantes.

Esto implica, en un acto de humildad, reconocer que nuestra vida sin su amor y sin su paz, está en crisis. Que estamos enfermos en algún área de nuestra vida, que cada vez nos enfrentamos con mayores problemas y menos respuestas, y que en el interior de nuestro ser, así como en el de todos los seres humanos, sólo hay caos, desilusión y vacío cuando estamos alejados de Dios.

Sólo entonces, los seres humanos reconoceremos la necesidad de ceder el control de nuestras vidas a Jesucristo, decidiremos seguir sus instrucciones y comenzar un proceso crítico y progresivo, que culminará en la formación de la imagen misma de Cristo en nuestras vidas. Aprenderemos a ir a la Fuente de Vida y Salud en forma constante y permanente, para ser renovados en su visión y habilitados para continuar viviendo en integridad delante de Dios.

De esta manera, podemos tener comunión perfecta con Él, nuestras oraciones no tendrán estorbo, experimentaremos sanidad física y emocional. Al ser libres de la culpa, disfrutaremos de la misericordia de Dios y de su prosperidad total, tendremos una vida de gozo permanente, aconsejaremos sabiamente a otros, tendremos libertad de relacionarnos sin temores con las personas que nos rodean, y podremos ser efectivos testigos de Cristo, sin sentirnos falsos.

“Vuélveme el gozo de tu salvación, y espíritu noble me sustente. Entonces enseñaré a los transgresores tus caminos, y los pecadores se convertirán a ti” (Salmo 51: 12-13).

Son demasiadas las bendiciones que se derraman sobre nuestra vida cuando nuestro corazón está limpio y transparente delante de Dios. Hagamos de esto un estilo de vida, de tal manera que seamos totalmente bendecidos y prosperados.
“Padre Amado, gracias te damos por permitirnos estar hoy en Tu presencia, Te pedimos cada día que nos dé, a través de Tu Santo Espíritu, el poder para vivir una vida de integridad y rectitud,  reconocemos que hemos tenido un corazón duro contigo cuando argumentamos, dudamos y nos olvidamos de Tus promesas. Te pedimos nos enseñes a cultivar un corazón integro, limpio y completo para Ti. Que día a día podamos vivir para agradarte y que tu Santo Espíritu nos enseñe a ceder el control de todo nuestro ser para que tu Hijo Jesucristo pueda mostrarse a través de nuestras vidas, sabemos que si confesamos nuestros pecados, Tú eres fiel y justo para perdonar nuestros pecados, y limpiarnos de toda maldad.” Amén
Reenvíelo a quienes usted cree que necesita este mensaje, se lo agradecerá.
Mensaje basado en el devocional  "Llamado a la oración Lolita Cruz de Chamorro”.
rc

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