Oye hijo mío

“Oye, hijo mío, la instrucción de tu padre, y no desprecies la dirección de tu madre”. (Proverbios 1:8)

Aquí vemos a un padre que enseñó a su hijo, el secreto que luego le llevaría a ganar el corazón de Dios y a convertirse con su bendición, en el hombre más sabio y más próspero de la tierra. David enseñó a Salomón a seguir instrucciones. Le había dicho que la seguridad más grande en su vida sería dejarse guiar por Dios y seguir las instrucciones dadas por su Palabra, y que entonces sus caminos serían prosperados, viviría por largos días y todo lo que hiciera, le saldría bien.

Efectivamente, David preparó a su hijo para seguir un camino de bendición y eso fue lo que halló. Las últimas palabras de David, ya en su lecho de muerte, fueron para su hijo. A través de ellas le recordaba lo más importante que había aprendido durante su vida, lo que nunca podía olvidar, aquello que debería estar presente en su mente y en su corazón para siempre, y que determinaría su éxito o su fracaso en la vida:

“Yo sigo el camino de todos en la tierra; esfuérzate, y sé hombre. Guarda los preceptos de Jehová tu Dios, andando en sus caminos, y observando sus estatutos y mandamientos, sus decretos y sus testimonios, de la manera que está escrito en la ley de Moisés, para que prosperes en todo lo que hagas y en todo aquello que emprendas; para que confirme Jehová la palabra que me habló diciendo: Si tus hijos guardaren mi camino, andando delante de mí con verdad, de todo su corazón y de toda su alma, jamás, dice, faltará a ti varón en el trono de Israel” (1 Reyes 2:2-4).

Nosotros también estamos llamados a ser de bendición para nuestros hijos, a ser padres que les preparen un futuro bienaventurado. La única manera de asegurarles esto, es enseñándoles toda la vida a buscar a Dios, a conocerlo y a seguir sus instrucciones. Una de las más importantes, es enseñarles a amarnos, a honrarnos y a respetarnos como padres, a seguir las instrucciones que les demos a la luz de la Biblia para su bendición y prosperidad. Entonces podremos decir que hicimos una buena labor. Que no perdimos el examen con nuestros hijos. Pero nada Comience ahora mismo con instrucción y ejemplo, a labrar un camino de bendición para sus hijos. Pero nada mejor para enseñar esta clase de vida a nuestros hijos que con el ejemplo. Cuando ellos nos vean andando con la instrucción de nuestro Padre Dios, consignada en su Palabra, nuestros hijos seguirán por el mismo camino.

“Padre Dios gracias por permitirnos vivir un día más en nuestras vidas, por regalarnos un hogar, una familia y por permitirnos estar en Tu presencia. Señor te queremos dar infinitas gracias por nuestros hijos e hijas, reconocemos que hasta hoy no hemos cumplido con nuestro rol como deberíamos. Necesitamos que tu Santo Espíritu nos dirija siempre y nos haga sabios para formar hombres y mujeres para bendición de la sociedad, de nuestras familias y para dar testimonio de Tu obra y nuestros caminos sean prosperados y todo lo que hagamos, nos saldrá bien. Instruye al niño en su camino, y aun cuando fuere viejo no se apartará de el.” Amén”.

Reenvíelo a quienes usted cree que necesita este mensaje, se lo agradecerá.

Mensaje basado en el devocional  "Llamado a la oración Lolita Cruz de Chamorro”.

rc


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