“Porque yo sé los pensamientos que tengo acerca de vosotros, dice Jehová, pensamientos de paz, y no de mal, para daros el fin que esperáis”. (Jeremías 29:11)
PASAJE COMPLEMENTARIO: 1 Pedro 1:3-9
En muchas ocasiones, las circunstancias por las que atravesamos a diario nos llevan a pensar que la voluntad de Dios para nuestra vida es el fracaso o la derrota, cayendo en la desesperanza y perdiendo de esta manera el verdadero sentido de éxito, felicidad y realización total para el cual fuimos diseñados.
Hoy el temor puede haber asaltado nuestro corazón, pensando que Dios no está de nuestra parte, ignorando que su gran deseo es nuestra prosperidad, felicidad y bienestar.
Desde la misma creación del Universo podemos observar claramente la intención que Dios tenía con el hombre. Le diseñó como una creación especial, a su imagen y semejanza, un milagro de armonía y perfección. Le colocó para señorear sobre un mundo hermoso, le hizo depender de Él para que unido a la Fuente de Vida, Amor y Paz, nada le hiciera falta. Estableció la familia como factor de realización para cada uno de sus miembros y creó para él, un entorno inmejorable.
Como si fuera poco, luego de la caída del hombre, Dios Padre proveyó restauración y sanidad para Él y toda la creación, aunque esto significó dar la vida de su propio Hijo. Además, nos dio la promesa de que “El Consolador” estaría con nosotros todos los días de nuestra vida, promesa que fue cumplida en Pentecostés y desde entonces, la misma Presencia de Dios mora dentro de cada uno de los que hemos aceptado a Cristo como Señor y Salvador. Si Él nos ha dado todas estas cosas, ¿tendremos derecho a dudar de su amor, de su propósito de paz y de bendición, y que nos llevará finalmente a aquello que anhelamos y esperamos?
Puesto que Dios es el único que conoce no solo nuestros pensamientos sino el futuro, ha trazado planes para nosotros, por cierto excelentes. Pero nuestra mayor seguridad de que Dios nos ayudará a llegar a un glorioso final, es su bendita Presencia, que nos llena de esperanza, al saber que Él está con nosotros cada momento de nuestra vida.

¿Estamos disfrutando la Presencia de Dios como nuestro mayor recurso y precioso tesoro?
“Mi amado Padre, gracias por darnos la esperanza de vivir un día más, por permitirnos estar en Tu compañía, saber que es  Tu bendita Presencia, que nos llena de esperanza, al saber que Tú estás con nosotros en cada momento de nuestras vidas. Queremos pedirte perdón porque muchas veces hemos pensado mal de nosotros mismos, sin entender la obra maravillosa que somos y lo valiosos que somos para Ti. Te pedimos que a partir de este día cambies nuestra forma de pensar y nos permitas desarrollarnos como personas felices, amadas y bendecidas por Ti. Cumple Padre Tu propósito en nosotros”, Amén.
Reenvíelo a quienes usted cree que necesita este mensaje, se lo agradecerá.
Mensaje basado en el devocional  "Llamado a la oración Lolita Cruz de Chamorro”.
rc




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