
“Respondiendo el ángel, le dijo: El Espíritu Santo vendrá sobre ti, y el poder del Altísimo te cubrirá con su sombra... Entonces María dijo: He aquí la sierva del Señor; hágase conmigo conforme a tu palabra” (Lucas 1:35,38) PASAJE COMPLEMENTARIO: Josué 22:4-6 La mujer fue diseñada por Dios para jugar un papel definitivo y trascendental en la sociedad; con ella, se completa la creación y la obra universal satisface las expectativas de su propio Autor. Todo fue dado para que la mujer, al lado del varón, co - administrara el mundo con excelencia y toda labor que emprendiera, resultara bien. Sin embargo, no ha sido así con la empresa más importante que Dios le dio: su propia vida. La mujer no está teniendo éxito en ser feliz, mucho menos en proporcionar felicidad a otros. Lo anterior obedece a una razón: La felicidad es una provisión que Dios pone a disposición de la mujer todos los días, pero queda sujeta a una elección suya. La decisión de ser feliz sólo puede tomarla ella misma y nadie