¿ES UN PECADO AMARSE A SÍ
MISMO?
“Aquél, respondiendo, dijo:
amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón, y con toda tu alma, y con todas
tus fuerzas, y con toda tu mente; y a tu prójimo como a ti mismo.”
(Lucas 10:27)
Sin excepción alguna, todas las personas deprimidas han
tenido problemas de autoaprobación. Al
decir esto no hemos descubierto nada nuevo, ya que prácticamente todos los
seres humanos tienen una inadecuada
imagen de sí mismo. En algún momento de su vida, hasta los más
intrépidos y seguros de sí, se ven obligados a luchar contra el
autorrechazo. Si bien la mayoría
recupera su confianza, ninguno es inmune a él.
Existen algunas ideas equivocadas sobre el hecho de amarnos a nosotros
mismos. A continuación analizaremos
algunos puntos que nos permitirán tener mayor claridad y precisión sobre este
asunto.
La mayoría de las personas comete un curioso error con respecto a la
autoimagen: permiten que la opinión de los demás influya y modifique la opinión
que tienen de sí mismas. Por el
contrario, lo que una persona piensa de sí misma afectará lo que otra gente piensa de ella.
Hay tres buenas razones por las cuales no deberíamos permitir que
la actitud de los otros influya sobre lo
que pensamos de nosotros mismos. La
primera, es que debemos aceptarnos tal cual nos valoriza Dios, y no según lo
hagan los demás. La segunda, es que no siempre podemos aceptar lo que los
demás piensan de nosotros, pues pudieran
estar juzgando las apariencias y estar refiriéndose a algo totalmente. La
tercera razón es que lo que los demás piensan de nosotros generalmente es un
reflejo de nuestra propia autoimagen. Si nos sentimos inferiores, exageramos el
sentido de inferioridad y, por consiguiente, los demás nos mirarán como
inferiores.
Si creemos realmente que Dios nos ama y nos ha hecho para una razón
especial, tal como la Biblia lo enseña, podemos aceptar con gratitud nuestra
apariencia, capacidades, linaje, y medio ambiente. Una vez que aceptamos estas cosas por fe en
Dios y en su Palabra, resulta fácil aceptarnos a nosotros mismos. Si rechazamos
a una o más de estas características, sufriremos la desdicha que acompaña al
autorrechazo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario