DIOS, MI ÚNICA FORTALEZA

“He aquí Dios es salvación mía; me aseguraré y no temeré; porque mi fortaleza y mi canción es JAH Jehová, quien ha sido salvación para mí” Isaías 12:2

PASAJE COMPLEMENTARIO: SALMO 40:1-17

¡Cuántas tormentas traemos en el alma! Aunque hayamos empezado un año creyendo que éste es el mejor, en el corazón hay turbulencias que nos hacen desmayar por las situaciones desagradables que pasamos. Debemos aprender a vivir en medio de las pruebas y circunstancias, recordando que las tormentas presentes son para la formación que Dios quiere dar a nuestra vida, pero que éstas pasarán. La tormenta en el corazón se debe a que no confiamos plenamente en nuestro Creador, o a que no tenemos el suficiente conocimiento del Dios poderoso que estamos siguiendo.

En cada una de estas situaciones debemos mirar al que nos ha rescatado del pozo de la desesperación, del lodo cenagoso, poniendo totalmente nuestra confianza en Él y aferrándonos a las indubitables promesas de su Palabra. Definitivamente para sobrevivir a nuestras tormentas diarias como el desánimo, la tristeza, los afanes, los miedos, los temores, la enfermedad, la escasez, etc., tenemos que mantenernos en una sola posición y expresar desde lo más profundo del corazón: Él es mi fortaleza.

Necesitamos llevar una vida cristiana de gozo y de acción de gracias a Dios. El profeta Isaías decidió alabar y exaltar a Dios por todos sus beneficios, y se dio cuenta de que Él no se equivoca en nada, y que sus planes son perfectos. Lo más seguro es que usted y yo hayamos recibido muchas respuestas a nuestras oraciones, suficiente motivo para manifestarle nuestra gratitud. ¿Cuántas cosa ha recibido de Dios? ¿Reconoce y agradece?

Hoy puede decirle a Dios: ¡Tú eres mi salvación, me aseguraré y no temeré! Viviremos de esta manera, cuando nuestra seguridad esté en que la presencia de nuestro amado Señor es la que siempre está con nosotros. Confiemos en Él, porque en medio de nosotros está el que nos ama.

HABLEMOS CON DIOS

“Señor, concédeme la fe que necesito para descansar en ti cada día puesto que Tú eres mi ayudador y mi fortaleza. Necesito sentir que estás conmigo. Gracias Señor por tu fidelidad y por ser mi guiador, como también el que sustenta mi suerte. Amén”

 

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