Nuestro devocional de Enero 1 del 2016
LEVANTANDO LOS OJOS AL CIELO
"Estas cosas habló Jesús, y levantando los ojos al cielo, dijo: Padre, la hora ha llegado; glorifica a tu Hijo, para que también tu Hijo te glorifique a ti" (Juan 17:1)
PASAJE COMPLEMENTARIO: Salmo 121:1-2
Levantar los ojos al cielo, y orar, es un acto que Jesús realizó en varias oportunidades y que muestra la total intimidad que Él vivía con su Padre, pues estaba convencido que, aunque Él estuviera aquí en la tierra, Dios Padre no le desamparaba ni un solo momento. Sólo bastaba levantar sus ojos para encontrarse con la mirada amorosa y protectora de su Padre, que le recordaba que los dos eran uno solo (Juan 10:30).
Jesús, el Hijo de Dios sabía que muchos padecimientos se acercaban en el camino de la cruz, pero siempre estaba seguro de contar con el respaldo y ayuda de su Padre, de quien recibía instrucciones las cuales Él seguía con total exactitud, y esto le daba la confianza de que sus planes sobrenaturales llegarían a feliz término. Jesús nunca dudó de los planes de su Padre.
Cuando en el camino de la vida vemos que se avecina una tormenta, cuando el cielo se pone gris anunciando truenos y relámpagos y nuestro corazón se atemoriza ¿a quién recurrir?
David, el hombre que aprendió el secreto de levantar los ojos a Dios, es el que dice: "Alzaré mis ojos a las alturas… pues mi socorro viene de Papá que hizo los cielos y la tierra…”
Las palabras de este cántico expresan la seguridad y la esperanza que tenía David en la compañía de su Padre Dios. Él era su protección de día y de noche, y aunque muchos peligros lo amenazaran, Él estaría seguro. Nunca debemos confiar en otro poder que no sea el de Dios. Qué importante es recordar el poderío y grandeza de Dios nuestro Padre.
Estamos iniciando un nuevo año, y qué mejor oportunidad para tomar la decisión de comenzar el año "alzando los ojos al Altísimo". Pero que no sea sólo hoy, el primer día del año; tiene que ser los 365 días del año, porque nunca dejaremos de necesitar el incansable cuidado de Dios sobre nuestras vidas.
Si el mismo Señor Jesucristo siendo "Dios encarnado" consideró fundamental implorar a su Padre que le respaldara, que nunca lo dejara solo, ¿cuánto más nosotros debemos hacerlo? ¿Qué actitud tomamos frente a las situaciones de necesidad y aflicción? ¿Levantar nuestra mirada al Padre, o quedarnos sumidos en el dolor?
HABLEMOS CON DIOS
"Bendito Señor gracias por todo lo que nos diste en el pasado año, y darte gracias por permitirnos comenzar un nuevo año a Tus pies. ¡Qué bueno es volver nuestro corazón a Ti en este día! Levantamos los ojos, nuestra voz, nuestras manos y todo nuestro ser delante de tu Presencia. Te rogamos que Tu mano de poder sea sobre nuestras vidas diariamente, continuamente, para guiarnos y sostenernos en cualquiera de las situaciones que durante este año tengamos que enfrentar. Gracias Señor por el cuidado que tienes de nuestras vidas. Alzaremos nuestros ojos a Ti, nuestro Dios, de dónde viene nuestro socorro y quien hizo los cielos y la tierra. Tu nos guardarás de todo mal; protegerás nuestras vidas, y cuidaras nuestro salir y entrar, desde ahora y para siempre. Amén".
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