Devocional Octubre 20

¿CUÁL ES LA VERDADERA RIQUEZA?

“Porque el amor al dinero es la raíz de toda clase de males. Por codiciarlo, algunos se han desviado de la fe y se han causado muchísimos sinsabores” (1 Timoteo 6:10 NVI)

PASAJE COMPLEMENTARIO: 1 Timoteo 6:7-10; Eclesiastés 5:8-20; Salmo 128:1-3

Dios ha prometido enseñarnos y guiarnos por su Palabra, por tanto, en ella encontramos los principios universales y eternos que nos conducirán a una vida recta y de mucha prosperidad. Estos principios contienen preciosas enseñanzas que nos señalarán el camino correcto a seguir en el manejo de todas nuestras áreas, convirtiéndonos en excelentes administradores de todos los recursos que Dios nos ha dado, trayendo paz, bienestar y felicidad, que no habíamos imaginado. Entre estas verdades se encuentran aquellas que nos instruyen sobre cómo manejar sabiamente el dinero.

Los principios financieros dados a través de la Biblia, tuvieron siempre el propósito de parte de Dios de guardar nuestro corazón de actitudes equivocadas tan comunes que se desarrollan frente a este aspecto de la vida. Dios, que sabe perfectamente qué es lo mejor para nosotros, desea protegernos de muchos dolores y angustias. Sus enseñanzas entonces representan el amor y sabiduría de un padre para sus hijos que le oyen y confían en Él; en verdad Dios quiere bendecirnos y vernos felices, prosperarnos, suplir nuestras necesidades, de tal manera que no nos falte nada, igualmente a nuestros hijos y a nuestra familia; y para ello nos enseña el verdadero camino a través del cual podemos encontrar la bendición y prosperidad: “la obediencia a sus principios”.

En ninguna de las parábolas que Cristo usó para enseñar sobre las riquezas o lo que tenga que ver con dinero, habla de que sea malo, lo que advierte es que guardemos el corazón del amor al dinero, de la avaricia, la codicia, el egoísmo, el orgullo; porque esas son las actitudes que desvían al hombre de la bendición de Dios. “Y les dijo: Mirad, y guardaos de toda avaricia; porque la vida del hombre no consiste en la abundancia de los bienes que posee” (Lucas 12:15)

Jesús aclara que la buena vida o la felicidad, no consiste en tener dinero o cosas materiales. Lo que Dios quiere es que disfrutemos de una vida plena y equilibrada. Esto lo entendemos por el Espíritu Santo, cuando le permitimos tomar el control de nuestra vida, quién además nos lleva a entender su Palabra dándonos la sabiduría para decidir lo mejor. Que cada día nuestra oración sea: “no me des pobreza ni riqueza; mantenme del pan necesario” (Proverbios 30:8b)

HABLEMOS CON DIOS:

“Señor, Tú eres el dueño de todas las cosas, y has dispuesto delante de mis ojos la bendición y la maldición como lo dice tu Palabra; por eso hoy te ruego que guardes mi corazón para que no se incline a la codicia o avaricia, sino que por el contrario, lo incline a conocer tus principios y colocarlos por obra, pues en obedecer tu Palabra está el secreto de la prosperidad. Amén.”

 

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