Devocional Octubre 25

NUESTRA ÚNICA CONFIANZA

“En ti, oh Jehová, he confiado; no sea yo confundido jamás; líbrame en tu justicia. Inclina a mí tu oído, líbrame pronto; sé tú mi roca fuerte, y fortaleza para salvarme. Porque tú eres mi roca y mi castillo; por tu nombre me guiarás y me encaminarás” (Salmo 31:1-3)

PASAJE COMPLEMENTARIO: Salmo 31, Salmo 116

Siempre me ha maravillado la bondad, misericordia y ternura de nuestro Señor para con nosotros. Cada día, cada noche, en todas partes y en todas circunstancias, el Señor se encuentra con nosotros y su singular ayuda actuando continuamente. Nunca se encuentra muy lejos de sus hijos, y siempre listo para socorrerlos. No puede haber la menor duda que nos ama, especialmente a los que le invocan como Señor y Salvador. Esta declaración del salmista, que su única y segura confianza está en Dios, a quién declara que es su roca y su castillo, su más grande ayuda y protección, debe ser la misma que hoy nosotros dirijamos a Él.

Confiar en Dios nuestro Padre y creer en sus promesas, nos lleva a vivir seguros de que jamás seremos confundidos, que ningún argumento, ni filosofías podrán extraviarnos del camino que el Señor nos ha colocado.

Dios expresa en su Palabra que Él estará siempre cercano a los que le buscan y atento a sus oraciones para enviarles su oportuno socorro; Él es nuestra roca y nuestro castillo, en su nombre nos guiará y nos encaminará por el camino del bien. Sin duda alguna, en este proceso donde se ve la mano de Dios, es definitiva la fe, ese fruto del Espíritu Santo que nos permite creer que sólo Dios puede cambiar aún las situaciones más difíciles que nos puedan sobrevenir.

El llamado y el deseo de Dios es que usted y yo, le creamos a Él sin dudar, sin argumentos, teniendo por cierto que cuando vivimos de acuerdo a sus principios, nuestra vida estará en sus manos; esto hará que los cielos se abran con lluvias de bendiciones hasta que sobreabunde, cumpliéndose lo que dice Deuteronomio 28:11 “Y te hará Jehová sobreabundar en bienes, en el fruto de tu vientre, en el fruto de tu bestia, y en el fruto de tu tierra, en el país que Jehová juró a tus padres que te había de dar”

El plan de Dios nuestro Padre es que gocemos de todo bien, sin que nos falte cosa alguna y será su Presencia la que nos guardará y protegerá en los momentos de peligro. Esto nos debe llenar de alegría, solo tenemos que creer en esta verdad de Dios.

HABLEMOS CON DIOS:

“Padre bondadoso, me deleito en tu Presencia al saber que sólo Tú eres Dios, y que tienes el poder para socorrerme en los momentos de peligro; me has hecho conocer tu misericordia y bondad, por eso hoy declaro que eres mi fortaleza y mi fuerza. Elevo mi oración a ti, ayúdame para confiar en tu precioso nombre y en tu eterna Palabra, para que mi corazón no desmaye por causa de las aflicciones. Lléname de ti amado Espíritu Santo, porque te necesito. Amén.”

 

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