Devocional Noviembre 20
EL TIEMPO DE DIOS
“Y Jehová me respondió, y dijo: Escribe la visión, y declárala en tablas, para que corra el que leyere en ella. Aunque la visión tardará aún por un tiempo, mas se apresura hacia el fin, y no mentirá; aunque tardare, espéralo, porque sin duda vendrá, no tardará.” Habacuc 2:2-3
PASAJE COMPLEMENTARIO: Habacuc 1, 2
La oración del profeta Habacuc fue un sentido clamor por la respuesta oportuna de Dios pues lo que él veía a su alrededor era injusticia, maldad en extremo, inmoralidad y falta de temor a Dios. Habacuc le formula varias preguntas a Dios, esperando su respuesta. Lo que podemos ver en estos versículos, es la ejemplar oración de este siervo al llevar sus quejas al Señor; esperando en el Omnipotente Dios de Israel, la respuesta a la situación de su pueblo.
Cuando oramos a Dios, debemos estar dispuestos a esperar, y sobre todo a creer que Él tiene planes eternos para nosotros, como también tiene en sus manos el tiempo para llevarlos a cabo. Si tenemos fe en el Señor podemos creer que la respuesta será oportuna.
Hay varias cosas que podemos comprobar cuando volcamos nuestro corazón a Dios para orar, suplicar e interceder:
-En primer lugar, el desarrollo de nuestra fe, que nos permitirá estar convencidos que la gloria de
Jehová se hace presente en la tierra
-En segundo lugar, que el Señor está por encima de todo pensamiento o determinación humana,
o de toda circunstancia. Que Él ve y sabe todas las cosas
-En tercer lugar, que el Señor es poderoso y nos ama profundamente, y por tanto, actuará en nuestro favor en el tiempo preciso
En ocasiones podemos desanimarnos, cuando vemos que Dios se tarda en responder, a veces dudamos que nuestras oraciones hayan sido escuchadas, y por eso desfallecemos; no entendemos por qué Dios se tarda o por qué sus respuestas no son las que creemos correctas. Pero así como lo fue para Habacuc la respuesta de Dios, también lo es para cada uno de nosotros; aunque tardara dice el Señor, sólo debemos estar convencidos que llegará. Recordemos que “el justo por fe vivirá” “que por fe andamos, no por vista”.
Hoy frente a cualquier desánimo debemos mirar a Dios y tomados de su mano caminar firmes y seguros hacia la victoria.
HABLEMOS CON DIOS
Bendito Señor, Tú tienes el control de mi vida, y también de todas las circunstancias a mi alrededor. Gracias Señor porque tu respuesta vendrá, tu eres mi seguridad y mi fuerza, gracias por cumplir tus planes y propósitos, Amén.
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