Devocional Noviembre 28

UN LUGAR DE REFUGIO

«Mi carne y mi corazón desfallecen; mas la roca de mi corazón y mi porción es Dios para siempre». Salmo 73:26

PASAJE COMPLEMENTARIO: Salmo 84:2-7

Hoy en día abundan los que desfallecen, pero, ¡qué pocos buscan la salida para levantarse de sus conflictos! En tiempos como estos, todos necesitamos un lugar de refugio donde estar seguros.

La presencia del Dios viviente es nuestra mayor seguridad, Él es quien nos anima y nos fortalece cada día. Quienes hemos aprendido a correr a su refugio para encontrarnos con Él, por medio de la oración, somos testigos de cuánta paz hemos obtenido para nuestro necesitado corazón.

El gozo y los beneficios de una vida que busca a Dios, se disfrutan ahora y eternamente, generación tras generación. Tal como lo dice el rey David: «Jehová es la porción de mi herencia y de mi copa; Tú sustentas mi suerte». (Salmo 16:5).

La presencia y el cuidado de Dios despejan de nuestra mente los imposibles y los temores, porque la esperanza y la confianza en Dios, sobrepasan el temor y sufrimiento en toda persona que ha hecho de Dios su roca fuerte y su seguridad.

Cuando acudimos a Dios, en medio del sufrimiento, de la inseguridad, dolor, desamparo, y derramamos nuestro corazón delante de Él, sin duda alguna, nos levantamos victoriosos.

Dios siempre nos sacará airosos en tiempos de lucha. En los momentos difíciles podemos recibir la ayuda, y consuelo de Dios, Él es la porción diaria que necesitamos para ser fuertes.

HABLEMOS CON DIOS:

“Señor, gracias por amarme, por tener siempre tu brazo extendido para mí. Hoy levanto mi corazón y me tomo de tu mano, porque comprendo que eres Tú, el que me da las fuerzas para seguir adelante, eres mi refugio y mi fortaleza, por eso te bendigo y te alabo. Amén”

 

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